viernes, 2 de noviembre de 2012
SADISMO REAL
SADISMO REAL
Odio tener que aparentar que soy quien no soy. Sé que tengo una responsabilidad con los niños del mundo. Lo asumo, pero no lo soporto.
- ¿Padre, seguro que me garantiza el secreto de confesión?
- Te lo juro por el Espíritu Santo en forma de paloma.
- En ese caso, me sinceraré con usted.
- Bailé con ella y me puse como un verraco cuando me arrimó el potorro. Cuando huyó despavorida, a duras penas pude disimular la erección. Al día siguiente la busqué entre todas ellas. Cuando el zapato de cristal se acopló perfectamente, emití un alarido de triunfo, después le corté el pie y lo coloqué en la estantería donde conservo la cabeza con la caperuza roja, la garganta con la manzana atravesada y la mano que mece la cuna.
- Ésta última no la conozco alteza.
- No se preocupe Padre, todas estas cosas son simple cuestión de tiempo.
Madrid, 5 de septiembre de 2012
Nota del autor
Relato express escrito incorporando la frase "después le corté el pie", que resultó ganador del concurso de esta semana de Los Diablos Azules
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