HISTORIAS DEL BAJO VIENTRE

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jueves, 14 de octubre de 2010

LA LITERATURA Y LOS BLOGS

A raíz de un comentario en la entrada anterior, propongo para debate la siguiente cuestión: ¿Es la Literatura una señora de derechas o tiene talante?

Yo me acerqué a ella pensando que para el talento siempre hay talante, aunque puede que sea un ingenuo. Si la Literatura tiene un ático en el Olimpo, sólo las elegidas podrán ir a su casa a tomar el té.

¿Pero, y si la Literatura, por una de esas casualidades de la vida, es mujer liberada y lo mismo disfuta de una velada en la ópera como de un bocata de chorizo picante con queso manchego?
¿Y si la Literatura acepta en su seno tanto a Don Luis de Góngora como a Paquito Quevedo?
¿Y si el extraer una sonrisa con un texto, resulta que es culpa de la Literatura?

Ah, la Literatura, siempre corriendo entre galgos y podencos.

Tal vez la Literatura sea tan controvertida como elegir entre el amor y la pasión. Para vivirlo, el primero. Para morir, la segunda. Para inventárselo, ambos.

Segunda pregunta: ¿ Es la finalidad de un blog mostrar obra literaria o expresar opiniones?

Me pasa como con la Literatura: No soy excluyente.
Quien muestra, opina a través de lo que muestra.
Quien opina, muestra su estilo opinando.

Un blog es un espacio personal, que cada uno amuebla como le sale de...las revistas de diseño.
Al que no le guste, que no entre. Bastante hace su creador con dejar abierta la puerta de su casa, con la única limitación de evitar que alguien pase con la boca sucia. Es simplemente una cuestión de higiene.

Este texto no ha sido registrado: ¡Que Alá nos coja confesados!

sábado, 9 de octubre de 2010

EL FETICHISMO CORPORAL

Como mi anterior entrada fue sobre algo serio, en ésta quiero compensar con un tema más intrascendente, pero curioso.

Se habla de fetichismo asociado a las prendas de vestir, mas me gustaría proponer la extensión del concepto a la anatomía.

Os voy a contar un secreto que no lo es tanto entre los que más me conocen: ME VUELVEN LOCO LAS NARICES RESPINGONAS.

Me encantan las narices de "cerdita", por encima de otros lugares anatómicos más atrayentes para el macho ibérico o de recebo.

Me resulta muy difícil sentirme atraido físicamente por una mujer que no tenga la nariz " para arriba". Tengo un amigo que se cachondea de mí y cuando practicamos el sano deporte de mirar a las chicas (ideal para viejos, independientemente de que su tonalidad sea defensora del medioambiente o no) me dice: ¡Mira lo que te pierdes por no tener la nariz reglamentaria! Y se está refiriendo a una moza escultural que, lamentablemente, tiene la nariz aguileña. En estos casos, pido una capucha, pero en las terrazas de verano no suelen tener este tipo de instrumental quirúrgico y la hembra se aleja sin poder contar con mi beneplácito. Cosa que a ella no le importará lo más mínimo, pero que a mí sí me duele pues es una musa que pudo ser y no fue.

Ideales las sudamericanas y, mucho más, las orientales para satisfacer mi fetichismo corporal. Yo creo que me gusta ir a los chinos más por las "cerditas" que por el cerdo agridulce. Otro amigo me decía: ¡Andate con ojo si quieres conservarlo, porque como el marido de la dueña se fije en la cara de bobo que pones al verla, te va a lanzar una patada de kung fu a las gafas que te vas a enterar!

En fín, no puedo evitarlo.

Si algún caballero lector conoce a dama que cumpla el requisito y tiene a bien presentármela, le recompensaré con unas bragas usadas, medias agujereadas, liguero desgastado o zapatos de tacón de aguja.

Todo sea por aumentar mi cabaña chacinera.