MERCADO DE SAN MIGUEL
Mercado de San Miguel,
¡Qué sólo te estás quedando!
Los manolos y chulapas
na más compran en los cuadros.
A tu espalda ya no vive
aquel cine campechano.
Atracones de cotufas,
cordones en los zapatos,
un alfiler para el vivo,
y un pañuelito bordado
que a la linda modistilla
se le escapó de la mano.
Siete puestos, quizás ocho,
sobreviven dormitando.
Señora, carne picada.
Póngame mitad de cuarto
y espero oírla mugir,
que ya no veo el caballo
de ese gitano liante
junto a la puerta aparcado.
Pichi, una de castigo,
hecho un pincel, chuleando.
Que aunque ya no soy chicuela,
tengo bravío el refajo
y las piernas de verbena
para marearte un rato
en lo alto del ladrillo.
Vértigo, me da pensarlo.
A lavar pies, a la fuente.
Para masticar, tabaco.
Paloma, será tu madre.
Y de hacerme, ni un retrato.
Suelta pronto un par de duros
que en seguida nos najamos
a libar agua de anís
en el mesón de Venancio.
Mercado de San Miguel.
¡Qué sólo te estás quedando!
Na más queda un inversor
que nunca saldrá en el cuadro.
Madrid, 9 de febrero de 2006
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Thank you, Peter, for your poems
ResponderEliminarLuis
¡Anda... leche! si te comentan de fuera.
ResponderEliminarParece que el San Miguel
tiene adeptos visitantes
que se quedaron colgados
de alguno de sus estantes.
Bienvenido a este circo bloguero. PAQUITA
Paquita, caminante del verso.
ResponderEliminarUn beso
Alucinadita estoy, lo mismo que la amiga Paquita. Me dan ganas de decir también: ¡anda la leche!
ResponderEliminarY eso que no han oído la canción que Estela Bernal compuso con la letra del Mercado de San Miguel...
Un abrazo
Bellisimo, castizo, lleno de fuerza, has hecho una pintura soberbia...un abrazo de azpeitia
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