viernes, 29 de noviembre de 2013
RIMANDO EN NICOTINA
Casiano, los días que salía de caza acostumbraba a seguir un ritual muy estricto. Esa noche, tocaba. Se levantó tarde e hizo un abdominal, no convenía llegar agotado. Comió fabada, lentejas y sorbete de lomo ibérico. Una buena alimentación desarrolla la imaginación. Después de almorzar se tumbó en el diván y encendió un cigarrillo. No se lo fumó porque nunca lo había hecho, pero le hacía sentirse importante. A falta de colonia se roció de Reflex para oler a deportista y vestido con un mono sin nada debajo, con una leyenda en el peto que decía: España y yo somos así, señora-, se dirigió al bar de copas. Nada más entrar la vio. Rubia platino con pendientes a juego. Escote modelo Mar Rojo recibiendo órdenes de Moisés, y minifalda que mostraba lo lejos que puede llegar la depilación si una se lo propone. Puso su famosa sonrisa de Joker y atacó a muerte.
-¿Te vienes a la cama, marranilla?
-Hombre, Casiano, cómo está usted?
Un sudor bajo cero le congeló las partes.
-¿Perdón, nos conocemos?
-Soy Virtudes, la mujer de tu jefe. ¿No recuerdas? Nos presentaron en la fiesta de Navidad y me hablaste de tu pasión por la poesía rimada.
-¡Por Dios, como he podido no reconocerla! A sus pies, señora.
-No te preocupes, pasa en las mejores familias. Disculpa, te has acercado preguntándome algo pero no lo he escuchado muy bien, pues atendía un wassapp.
-Decía que huele a retama y a manzanilla.
-¡Qué poético! Yo no huelo a nada porque me suda el coño y se apropia de mi pituitaria.
Casiano hizo una reverencia y buscó un diván donde poder encender su segundo cigarrillo. Tal vez debería empezar a visualizar la carta de dimisión.
Madrid, 28 noviembre 2013
Nota del autor
Relato express escrito incorporando la frase: "después de almorzar se tumbó en el diván y encendió un cigarrillo", que resultó ganador del concurso de esa semana en Los Diablos Azules.
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¡Genial, Luis!
ResponderEliminarPasé a saludar!
ResponderEliminarUn abrazo,
Yeli